Los dos lados de mi casa
La entrada de casa da un pasillo
recto que la divide en dos partes iguales. La parte derecha es luminosa y moderna;
desde la cocina se ven numerosas plantas colocadas junto a la pared bajo los
ventanales de un patio alargado y cubierto. La de la izquierda es sobria, más
clásica, con numerosos adornos. Los muebles son de estilo como los de mis
padres. Parece que hubiera querido reproducir un pedacito del hogar en el que
me crié. Sin embargo, es en el lado derecho donde respiro; donde el ambiente
huele a flores y a tierra húmeda; en el que disfruto de esos pequeños trozos de
naturaleza raptada. Olores que a ciertas horas se mezclan con vahos de guisos de
puchero y de fritos. En el patio un fondo de música alegre me envuelve, puedo
escuchar los ecos suspendidos de las risas de los niños, recordar el barullo de
sus juegos, la algarabía de las fiestas familiares. Y recostada sobre una
tumbona, puedo observar el cielo y las estelas que trazan los aviones. Ese
rincón es mi lugar de lectura preferido; al lado de un ficus de dos metros, que
ha cumplido treinta y cuatro años, en el que todavía cuelga una bolita dorada
de la última Navidad. Desde la habitación, que antes era de mis hijas, también
se ve el ficus. Sigue siendo un lugar de estudio. Ahí escribo y deambulo por
mundos imaginarios. Paso la mayor parte del tiempo en esa mitad de la casa. Cuando
voy al otro lado, el de los muebles oscuros, cruzo el pasillo y es como si
diera un salto en el tiempo; me veo inmersa en el pasado. Regreso a mi juventud
cuando paseo la vista por las librerías del despacho. En el salón, entre las
fotos, hay demasiados recuerdos. Algunos oprimen el pecho. Cuando me demoro
allí, solo el parloteo del televisor consigue adormecer mis sentidos, distraer
las tristezas. Por eso he pensado en cambiarme a una nueva casa, decorada con
muebles claros, que tenga más espacio, más luz, más terrazas y muchas plantas,
y en la que no haya ningún pasillo que marque frontera en mi corazón.
Lana Pradera
No hay comentarios:
Publicar un comentario