Otras realidades
En la red de Tinder conocí a
Lena. Su cara afilada de ojos chispeantes llamó mi atención. Le envié un superlike y en segundos ella respondió.
Un día, al conectar con la red, parpadeaba
un icono sobre su foto. Cliqué sobre él y la pantalla se expandió como un
agujero de gusano. Los colores grises giraban mareantes. Mi cabeza entró en un
torbellino que me llevó a otra dimensión. Quedé paralizado ante una escena
caótica: guerreros a caballo gritaban blandiendo espadas y poderes especiales
en un campo de batalla sembrado de muertos. Desde una loma, una mujer de
complexión formidable agrupaba a su ejército. Era Lena. «Acompáñame», dijo. Me
arrastró su magnetismo. Era una amazona guerrera, viajera entre mundos, que
defendía con tesón valores que dormitaban en mí.
Tanta acción finalizó en un
nocaut que me trajo de vuelta. ¿Una alucinación? No. Su señal intermitente
continuaba ahí para que la siguiera a una nueva realidad. Me alisté en su
ejército.
Lana Pradera
Hola, que interesante, además me gustó mucho tu blog. Te sigo, espero que te pases por el mio y si te gusta te invito a quedarte. www.tintaenlasolas.com. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu visita. Me alegro de que te guste mi blog. Ya he entrado en el tuyo y el relato que tienes es muy realista y triste. También me gustó. Entré deprisa porque llevo unos días con toda la familia y no tengo tiempo de nada. Volveré a entrar no lo dudes. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato! Te felicito
ResponderEliminarHe visto tardísimo tu comentario, Mariangeles, ya lo siento. Muchas gracias por tu visita y comentario. Nos seguimos leyendo. Abrazos.
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