Lo que tengo en las manos es un envío tardío que me hace empezar el año muy satisfecha y que supone un
aliciente para continuar aprendiendo el difícil oficio de la escritura. Es la
antología del II concurso de microrrelatos, de temática libre, “Pluma, tinta y
papel” que se realizó en Noviembre del 2013. Se seleccionaron 1.100 obras de
las más de 3.100 que se presentaron. En este libro, Diversidad literaria ha
publicado mi pequeño texto titulado “El circo”.
El circo
La carpa del
circo se elevaba grandiosa cargada de luces y colores en la explanada. Los
payasos animaban al público desde la puerta:«Entren y vean lo nunca
visto. La magia en estado puro», gritaban repartiendo globos de colores.
Empezó el espectáculo. Se hizo el silencio. El mago en el centro de la pista
dijo: «¡Abracadabra!»…y un agujero negro se abrió y la tierra desapareció.
Mar Lana
Mar Lana
Un microcuento con mucha mala leche (riome) a eso se le llama poner un circo y que crezcan los enanos, lo que se dice un canto al humor negro.
ResponderEliminarEnhorabuena por su publicación, Mar.
Namasté.
Gracias, Morgana, la más sorprendida fui yo. Es la suerte del principiante.
ResponderEliminarApa!!! menos mal que nunca me gustaron los circos...pero ahí ligaba también... Cruel tu relato, más si uno piensa en el público de niños... pero bueno, la imaginación se da gustos de todo tipo. Felicitaciones.
ResponderEliminarHola, Silvana, muy agradecida por tu comentario. En el fondo, en el circo de la vida todos somos niños manejados. Unas veces nos hacen reír y otras nos hacen llorar. Ahora, estamos aquí como podemos no estar mañana. Siempre sometidos al arbitrio de poderes y fuerzas que no comprendemos.
ResponderEliminarLa magia en estado puro: nada existe o sólo somos el sueño de un dios cruel.
ResponderEliminarTe felicito, Mar, por la publicación.
Saludos.
Gracias , Mirella, por tu comentario. Un saludo.
ResponderEliminarBreve pero certero, como el mago.
ResponderEliminarA mí, como a Silvana (comentó arriba) no me gustan los circos, me entra una angustia inexplicable, especialmente los magos, y ahora leyendo esto creo que ni loca entro a uno (me río)
Me alegra que hayas salido seleccionada María, son esos pequeños sucesos (grandes para el que escribe) que reconfortan el alma.
Un abrazo
Pues en mi época, Vivian, el circo era el espectáculo por naturaleza. A lo que yo tenía miedo era a los animales. Cuando salían los leones y los tigre, pasaba siempre un rato de tensión. El respeto hacia los elefantes se convirtió en verdadero miedo cuando una vez se asustaron y casi aplastan al domador. Salieron corriendo empujando los postes y casi tiran la carpa. Desde entonces, cada vez que volvía al circo, cuando tocaba el número de estos enormes animales me levantaba y los veía desde la puerta de salida. Muchas gracias por tú comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarMaría del Mar, quería disculparme porque al querer contestarte, por error borré el comentario que me dejaste en mi último post "El libro triste".
ResponderEliminarUn abrazo.
No te preocupes, Mirella, no pasa nada. Un abrazo.
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