Al final del día
Con trece años apunté con una pistola al chófer del autobús que me llevaba a casa. Él se asustó y frenó de golpe. La bala le alcanzó entre ruidos de cristales rotos. Rodé por el suelo y perdí el arma, pero pude hacerme con el dinero de la caja mientras la gente chillaba y volvía a ponerse en pie. Presioné un botón y las puertas se abrieron. De un salto me planté en la acera y corrí como un perro. Esa noche cené al fin un plato caliente, mientras mi padre dormía en la morgue de la judicial.
Mar Lana
!Genial!
ResponderEliminarBss
Muchas Gracias. Te he repondido en el relato de "El Jugador". Besos.
EliminarEstá muy bueno tu breve relato, te felicito.
ResponderEliminarSaludos, Maria.
Te dejo un abrazo
Luifa
Muchas gracias, Luis Fabbian. Muy agradecida por tu visita.
EliminarLa verdad que impactante...
ResponderEliminarMe hubiera gustado que pudiera imaginarme al protagonista, pero es la desventaja de usar la primera persona... no sé si habla un hombre o una mujer... Deduzco que un hombre por la acción que realiza pero yo en la misma situación hago igual que él jajajaja...
Gracias Lanita, por este micro.
Rdo: La Revolera.
Gracias, Revolera, pero si hubiese sido chica hubiera corrido como una perra. Besos.
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