domingo, 30 de octubre de 2016

Risa y llanto





                                                                 Risa y llanto

Su entrada en la sala fue elegante y comedida. Captó al instante  la atención de los presentes  por el brillo que desprendían las lentejuelas de su traje, su rostro a la tiza  y  un ridículo cucurucho sobre la cabeza. Entonces abrió los brazos de forma pomposa  para presentar  a su compañero, un individuo  rechoncho,  de nariz colorada y bombín, que al saludar tropezó, hizo equilibrismos y cayó al suelo destartalado. Una risita infantil se abrió paso desde una de las camas en aquel ambiente aséptico, y fue adquiriendo volumen hasta estallar en una carcajada contagiosa que halló un eco clamoroso en el reducido auditorio, mientras una lluvia de sentimientos hacía brillar el maquillaje de los payasos.



                                                                                                         Lana Pradera



(Publicado en la Antología anual de Escritores en Red) (2016)