viernes, 7 de julio de 2017

Supervivencia



      


Supervivencia


     El vértigo me succiona de la oscuridad. Retrocedo a un tiempo de miseria y de violencia en el que no me sentía humano. Una imagen fija en la retina: mi familia tendida en el pedregal y la casa destrozada. Ahora, empapado y temeroso, lamento mis pecados y me agarro a la vida. De nuevo agudizo los sentidos, no puedo separarme de estos cuerpos, algunos inertes, pegados a mí. Sollozos, delirios y más violencia. Observo, medio sepultado por carne macilenta, cómo otros amplían su espacio y  tiran por la borda lo que les estorba desoyendo  sus alaridos. A lo lejos advierto con desánimo el parpadeo de unas luces. Saber que no hay salvación, aunque escape del agua, es otra tortura. 

Lana Pradera