La letra pequeña
Malhumorado, encendí la pantalla de mi inseparable amigo el portátil. No
quería acercarme a la nevera. Mitigué mis frustraciones mediante un buceo de
horas por los infinitos bits de información de las redes sociales y
comerciales. Cuando ya estaba anestesiado de ver tías estupendas, un parpadeo
luminoso llamó mi atención: ¿Quieres comprar la chica de tus sueños?, rezaba el
anuncio. “¡Pues claro!”, pensé al darle a la tecla. Y ahí estaba: rubia,
exuberante, con una sonrisa que parecía querer comerme entero. Un recuadro al
pie indicaba: “Iniciar la compra”. ¿Qué compra? Pero ¿es que se vendía semejante exquisitez? Pues así era; estaba escrito bien claro al lado del
precio. Pulse aceptar y esperé con nerviosismo. Pasaron dos días.
—Firme aquí, por favor —dijo el repartidor mientras apoyaba una caja
alargada en la pared. Al abrirla, una enorme pepona siliconada me miraba
expectante con la boca abierta como un túnel.
Mar Lana
Hola Mar.
ResponderEliminarMe alegro que te hayas animado con un blog. Espero que lo inundes de letras y letras, de relatos fantásticos. Yo te seguiré, me gusta lo que escribes, este micro es muy original. Estoy deseando leer los relatos del certamen "Pluma y Papel", en un libro... Enhorabuena.
Gracias, María. Ya te mandaré el micro. Son solo cinco lineas pero menos es nada. Besos.
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