sábado, 1 de febrero de 2020

Lluvia





Lluvia


     Sufrimos tu ausencia, pero ya no te invocamos ni salimos en romería para suplicar a los Santos. Estremece ver las nubes en cabalgada levantando un polvo oscuro frente al sol que las tiñe cobrizas y amenazantes. Ahora las lluvias son terribles tormentas que derrumban parte del cielo en aguaceros y se llevan la luz. Es entonces cuando la lluvia cae a plomo. Goterones oscuros chocan contra los vidrios de las ventanas y dejan regueros que los enturbian, qué fastidio. Son gotas que se alimentan de humo, de fluidos envenenados, de gases expulsados de los cráteres. Gotas que desearían llorar para volver a ser translúcidas y no pueden. El calor aumenta y las envuelve en una nube vertical en la que giran alocadas. A su pesar cumplen su destino y caen embarradas hasta aplastarse sobre un terreno yermo que ya no filtra, por el que resbalan arrastrando los desechos de un mundo extenuado. Agua que apenas trae vida. Ya no llueve, no te vayas del todo. 



Lana Pradera 








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