Días con otra magia
Hace unos meses que
ella decidió venirse a vivir conmigo. Durante ese periodo de su estancia hubo días en los que
se resignó sin rebelarse y días en los que manifestó su disgusto farfullando su
marcha. Había decidido acoplarse a mi vida, tranquilizada con la reflexión de
que iba a ser algo temporal, a pesar de los consejos médicos, porque lo que
tenía muy claro es que ella volvería a su casa y a su mundo, al que no pensaba
renunciar.
A medida que pasa el tiempo las dos nos
observamos de forma desigual. Ella emplea miradas interrogantes, indiferentes,
en ocasiones retadoras, y las mías son todas indulgentes. Pienso que he entrado
en una etapa hiperrealista sin magia alguna y me asusto, pero, en parte, me
equivoco. Ella me demuestra que me equivoco.
Habitualmente
realizo viajes hacia la fantasía desde mi realidad cotidiana. Me escapo cuando
esa realidad es monótona, triste, injusta y hasta dolorosa. Es un acto elegido
y deseado para esconder mi identidad; deseo vivir otras aventuras dentro de
personajes más libres y heroicos. Unas veces lo hago cabalgando sobre las
historias de mis libros; otras, sobre
ficciones imaginadas por mí. Disfruto al elegir otros universos con otras
coordenadas. Pero ella no lo hace así. Ella trae la fantasía a su mundo. Quiere
recuperarlo a toda costa y no le importa inventarlo con recuerdos antiguos, que
trocea y distorsiona para crear situaciones nuevas que taponen tantas lagunas.
No quiere perderlo. Deambula en un presente de retazos inventados donde los
momentos dolorosos ya no existen, donde oye canciones alegres que la ponen
contenta cuando nunca antes le había gustado escucharlas. Una realidad en la
que ve personajes desconocidos entre los muebles y mascotas que adora como su
desparecido perro Yaky. Siempre está acompañada por mí y cuando llega la noche
sigue la tertulia en su habitación con los personajes de su cosmos imaginario
sentados alrededor de la cama. Con ellos se lo pasa mejor que conmigo.
—¿Cuantos
años tengo?
—Noventa
y dos —le digo—. En agosto cumplirás noventa y tres.
—¡Quita,
por Dios! Qué cosas dices. Es imposible que tenga esos años. ¿Me tomas el pelo?
Siempre
coqueta, va muy arreglada. Su maquillaje, su rímel y su barra de labios: si
no se los pinta se los muerde. Eso dice, para poder retocarlos con frecuencia y en el espejo
comprobar que está impecable. Es una amante de los trajes de chaqueta con
falda, de colores claros y juveniles que retan al paso del tiempo, y de los tacones
deslumbrantes de más de seis centímetros. Ella es así.
—¡Qué
curioso! ¿No ves? Todos los que salen en
la televisión tienen la cara diferente. Es muy raro. ¿Qué te parece?
—Pues
me parece normal —le digo—. Si fuésemos
todos iguales nos confundiríamos unos con otros y no sabrías si soy yo o la
vecina. Sería un caos.
Todas
esas singularidades le sirvieron de poco cuando ayer no pudo reconocer a sus
nietas en una foto y abandonó en una lejanía borrosa a los biznietos.
—Hay
que ver que faena. Se me ha muerto todo el mundo. Ya no me queda nadie de
familia.
—¿Cómo
que no tienes familia? Estoy yo —le digo.
—Ya no
vive ninguno y eso que fuimos nueve hermanos —reitera, los ojos acuosos escudriñan
un lejano horizonte.
—Estoy
aquí. Yo también soy tu familia —insisto de nuevo. No contesta.
Para
ella soy la persona que le obliga a mantener sus rutinas, la que presiona para
que coma, la que le da esa pastillas raras que no sabe para qué son aunque lo
pregunte a diario, la que no deja que vuelva a su casa para vivir sola como hacía
antes. Sin ninguna duda, soy la entrometida que controla su vida.
Una y
otra vez vuelve a sus vivencias y es ahora cuando conozco mejor las vicisitudes
de mi familia, de mis ascendientes y de ella misma. Profundizo en mis orígenes
y llego hasta las raíces últimas de mi identidad. Soy el resultado de un gran
amor y sacrificio familiar, de una época, de un tipo de educación y de unos
valores que me acompañarán siempre. Es una deuda enorme.
Lana Pradera
(Publicado en la antología "El nuevo tintero" de Netwriters)(Enero,2017)(Editorial Atlantis)
(Publicado en la antología "El nuevo tintero" de Netwriters)(Enero,2017)(Editorial Atlantis)
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