martes, 11 de marzo de 2014

Réquiem



                                                                Réquiem


          Sintió que flotaba sobre sí mismo sin saber qué pasaba. Una fuerza irresistible le succionaba hacia un resplandor cercado de negro. Durante el recorrido le invadió una alegría desconocida al distinguir entre las sombras a viejos amigos casi olvidados, a familiares, pero la luz perdió brillo y se apagó; el silencio lo envolvió todo. No supo dónde se encontraba hasta que oyó las notas de un órgano y los cánticos chirriantes de unas viejas. Cuando la música cesó en la Iglesia, sólo se oían los golpes desesperados de sus puños contra la madera, dentro del ataúd.




                                                                                             Mar Lana

8 comentarios:

  1. Realmente estremecedor, me encanta, Lana.

    Besos.

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  2. Ja,ja,ja, hasta me daba un poco de yuyu cuando lo estaba escribiendo. Gracias Carmen. No quise ponerlo más drástico porque sé lo que impresionan estas cosas. En la Iglesia, al menos le oyen.
    Besos.

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  3. Muy bueno. ¿Cuáles son nuestros últimos pensamientos? ¿Cuales nuestra última percepción? Me encantó el final, una pizca de thriller con pepitas de humor ¿Estaba en un ataud?jejeje

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  4. Impactante. No me esperaba ese final, que para mí es lo bueno de las narraciones cortas, que no sean previsibles.
    Saludos.

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  5. Muchas gracias, Josep. Agradezco tu comentario.Un saludo.

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  6. Marybel, cuántas preguntas quedan en el aire que tratan de descubrir qué hay al final.
    Sí, el pobre se lleva un buen susto. Es de esperar que al final le oyesen.
    Besos.

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  7. Me ha gustado. eso si... es escalofriante.

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  8. Gracias, Carmen. No había visto tu entrada. Me alegro de que te impresione.
    Besos.

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